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Primera de la trilogía centrada en Moriles, es una novela realista, de ambiente rural y de denuncia cuya protagonista es la antigua aldea de Los Zapateros (Córdoba), que, gracias al esfuerzo y tesón de sus habitantes, se convierte en el municipio de Moriles, en 1912, un año después del nacimiento de la autora.
Paula Contreras construye en mundo a partir de las historias que ha oído contar de pequeña. Inventa personajes apasionantes a los que retrata con todo realismo y por lo que muestra inmensa comprensión.
El ambiente rural, el laboreo del campo, el afán de superación de las gentes y los problemas sociales son algunos de los temas que aparecen. Especial atención merecen las descripciones en las que la autora descubre la belleza de los paisajes y lugares más sencillos.
Tras el interés que despiertan los personajes y hechos narrados en Historias de un pueblo sin historia, aparece Laguna Grande, como su continuación pero también con vida propia. Aquí todo es imaginado; solo son verdad el paisaje, en el que la autora se recrea y el ambiente de aquel tiempo, que ella empezó a ver siendo niña.
En esta segunda novela de la trilogía se narra el lento y difícil proceso de transformación del pueblo; el despertar de los aldeanos y su inconformismo para no dejarse dominar; el afán por las letras y la cultura como medio para avanzar; el esfuerzo de las personas por hacer de Moriles una hermosa realidad.
En medio de los campos, tan bellamente descritos, aparece con especial relevancia la Laguna, que, como los personajes, refleja la realidad y guarda secretos.
El molino del Nansa, inspirada en un poema de Venancio González García e ilustrado por él mismo, es la primera de un conjunto de narraciones de temas variados escritas en distintos años.
En estos amables relatos, dedicadas especialmente a sus nietos y nietas, son protagonistas pequeños animales y plantas que ofrecen ejemplos de bondad.
Todos parten de hechos reales que le han contado a Paula y que ella convierte en cuentos educativos. En ellos la maestra-escritora muestra su amor por la naturaleza y también su cercanía por los más pequeños.
En este último libro de la trilogía, su autora narra las dificultades y marginaciones que vence Moriles para crecer. Las diferencias sociales, la pobreza, las condiciones de trabajo de los jornaleros y sus luchas conviven con las mejoras que suponen los nuevos adelantos y el progreso en general, si bien la llegada de las máquinas provocará el éxodo rural.
Junto a los personajes conocidos, cuyo devenir va cobrando creciente interés, aparecen unas niñas que viven y comentan todo lo que sucede. Paula nos ofrece guiños autobiográficos a través de una de ellas, Rosita, la niña que corretea libre por los campos, que aprende todo de la naturaleza, que es hábil para las labores y la escritura, que disfruta inventando historias… y que, cada vez más interesada por los libros y la escuela, decide ser maestra.
En el sorprendente final de la novela, pasados muchos años, ella es como el espíritu de la aldea de los Zapateros que flota en el ambiente "como un vaho de mariposas grises".
Esta segunda colección tiene como portada un dibujo de Josefina Pérez de la Torre en el que se muestra a la pequeña Paula escuchando cuentos al calor de la chimenea, según le gustaba recordar..
El majuelo, con el significado de viña joven, es una novela corta escrita en 1952 y publicada póstumamente. Cuenta la historia de amor entre un hombre maduro y una joven y es también un canto de amor a los campos de Moriles, los blancos lagares, la vendimia, los buenos vinos y las sencillas estampas cotidianas.
La estrella de mar es relato autobiográfico que Paula escribe cuando está cerca de cumplir los 90 años. En él describe sus recuerdos de niña por las playas de Pedregalejo (Málaga) donde, por problemas de salud, pasaba temporadas en casa de una de sus hermanas. Allí recogió una estrella de mar que la acompañó durante toda su vida.
En El brujo del tiempo se muestra claramente la compenetración de Paula con el pueblo que la recibió y la hizo Hija Adoptiva. La claridad, los atardeceres, el mar, las salinas, Las Canteras, el río San Pedro, las casas, el trazado de las calles, sus costumbres y, sobre todo, su gente… todo es contemplado por la mirada atenta y amorosa de la escritora, como aparece plasmado en esta novela, donde Puerto Real es protagonista.
La Botica de la calle de la Plaza es reflejo de la realidad social de las décadas del 40 al 60 observada desde la rebotica. Es la mirada de una escritora, no de una historiadora, como ella se encargaba de explicar.
Una joven familia se establece en Puerto Real donde el padre se hace cargo de la botica de la calle de la Plaza. Es el año 1940, el tiempo llamado "del hambre". Esta novela fue escrita por Paula Contreras en sus últimos años. Aunque centrada en Puerto Real, su ámbito es mucho más amplio pues se reflejan muchos aspectos de la sociedad española de aquellas décadas.
Además de las obras publicadas, en el Legado de Paula Contreras se encuentran cinco novelas inéditas: "Una Aventura sin importancia" (1967), "La Chavala" (1962), "Americanos en Rota" (1957), "Cangilones de Noria" (1951), "Un mes de permiso" (sin fecha) y también varios cuentos y relatos. Su obra completa puede ser consultada en el Archivo Municipal de Puerto Real y en la Web Municipal.
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